Hasta 1983, ningún argentino menor de sesenta años había podido vivir en democracia veinte años consecutivos. El 10 de diciembre de 1983 fue un acontecimiento extraordinario por eso, porque fue inusual en la historia argentina del siglo XX y porque inició un ciclo que estaba llamado a prolongarse sin interrupciones y que rompió la dinámica perversa del sistema político de oscilar entre gobiernos militares y civiles desde 1930. Fue, entonces este el momento de intentar cicatrizar las heridas producidas por la dictadura, de la vuelta a casa de miles de exiliados, de rearmar el Estado y las instituciones, de volver a crear sin miedo, de una revisión crítica del pasado y de hacer un balance de las enormes dificultades sociales y económicas heredadas.
La recuperación de la democracia fue el resultado de varios acontecimientos convergentes. El más importante fue, sin duda, la derrota militar en la guerra por las Malvinas en 1982 que definió el conteo final de la dictadura. La profunda presión internacional y la denuncia de las entidades humanitarias, sobre todo de las Madres de Plaza de Mayo, para encontrar respuesta a las miles de desapariciones y muertes de ciudadanos.
Por esto la sociedad respaldó mayoritariamente al radicalismo conducido por Raúl Alfonsín que el 30 de octubre de 1983 le dio 7,5 millones de votos contra 5,7 millones del PJ. Se produjo, entonces, la primera derrota electoral de la historia de un peronista y así, el 10 de diciembre de 1983, Día Internacional de los Derechos Humanos, con una Plaza de Mayo multitudinaria unificada detrás de banderas argentinas, con la canción maravillosa "La Cigarra" de María Elena Walsh cantada por Mercedes Sosa resonando en todos sus rincones; con las plazas de todo el país festejando ese día esperado, Alfonsín asumió el poder y repitió el preámbulo de la Constitución nacional en señal de las tareas de su gobierno: juzgar la tragedia dictatorial , pacificar y reconstruir la república.
Cuando se habla de la transición a la democracia, se habla sobre todo del período que va desde el 10 de diciembre de 1983 a la asunción de Carlos Menen en 1989, fecha en que por primera vez en medio siglo un presidente electo pasó la banda presidencial a otro elegido por el voto popular y no por un golpe cuartelero. Ese cortísimo lapso pasó por varias etapas, desde el inicio del juicio a las juntas militares donde la sociedad comenzaba a conocer detalles de la magnitud de la represión ilegal que a través de la prensa se difundían las listas de los desaparecidos, se conocían entierros masivos de NN a lo largo y a lo ancho del país, la creación de la Comisión Nacional por la Desaparición de Personas (Conadep), presidida por el escritor Ernesto Sabato, que debía investigar los crímenes de la dictadura, una nueva Corte Suprema, la anulación de la ley de autoamnistía sancionada entre gallos y medianoche por el régimen militar, la declaración de la "economía de guerra, el plebiscito no vinculante para cerrar también el conflicto por el Beagle con un abrumador "sí" (el 81,5 por ciento) a favor de la paz y la desmilitarización de la frontera con Chile, la construcción del Plan Alimentario Nacional (PAN) para auxilio de los más pobres, y la sentencia a los comandantes a la Semana Santa de 1987, de la primera sublevación carapintada.
Hoy al cumplirse 26 años de la recuperación de la Democracia, hito histórico en el que la Unión Cívica Radical tuvo el honor de ser el especial y fundamental protagonista, los hombres y mujeres radicales pertenecientes a la Agrupación Azul y Blanca delegación Legislatura del S.U.T.E.C.B.A. invitamos a todos los compañeros, activistas, dirigentes y autoridades de esta casa a celebrarlo y recordarlo como el puntapié inicial para que la Argentina entrara al futuro por la puerta grande de la libertad.